viernes, 15 de junio de 2018

¿Me sonríes?





Hoy me he dado cuenta, si,  han pasado 48 años para darme cuenta que hay algo mágico en la sonrisa. Cuando alguien nos sonríe nos entrega su alma. Todos sabemos normas de educación, lenguaje no verbal que puede incluir: gestos, tono de voz, mirada, tacto, etc....

En cualquier conversación o discurso ante nuestros semejantes una sonrisa puede darnos credibilidad, calmar a nuestro interlocutor, estremecerlos o enamorarlos entre otras diversas sensaciones donde podemos incluso provocar vergüenza o timidez...

Si algo tan fácil y gratuito como una sonrisa puede provocar tantas sensaciones, a que esperamos a aprender a sonreír.

Con una sonrisa nuestra amabilidad aumenta, las palabras resuenan desde nuestra alma.... con un sonrisa podemos contagiar felicidad a alguien que ha tenido un mal día o que sus pensamientos lo convierten en esa expresión sería y preocupada.

Hoy he sonreído en el metro, he hablado de calor con una persona que caminaba bastante ajetreada y nuestra conversación de sonrisas y lenguaje no verbal nos han regalado un momento feliz. La vida es más sonreír y menos pensar, más sonrisas que nos hagan vibrar sin motivo aparente, sin esperar nada del otro que no sea contagiar esa magia interna que todos tenemos y que tanto gusta a los que nos conocen.

¿Cuantas veces en una foto nos dicen:que guapo estás? ¿Y cuantas veces nos dicen: estás bien?
Primero aceptemos que al sonreír en persona o en foto el que el otro está viendo es nuestra felicidad, vamos a olvidarnos si no me gusto cuando sonrío, o si se me ven las encías mucho al sonreír ese es mi caso). Me gusta sonreír y he descubierto que me gusta rodearme de personas que sonríen, personas alegres, personas positivas y personas que son amables. Sonrisa, optimismo y felicidad van unidas de la mano y potenciar la sonrisa nos llevara a ser más optimistas y más felices. No digo que las personas serias no sean felices, pero a muchos nos gusta que nos sonrían y nos contagien esa felicidad del alma.

Ir vestido de sonrisa nos da un mejor color de vida!!! Tenemos todos los colores del universo y cada uno hacemos nuestro el que mejor nos acompaña. Siempre habrá a quien no le guste tu sonrisa o tu color en algún momento, pero al fin y al cabo te ha de gustar a ti.

¿Cuantas veces vamos serios o tímidos por la vida y al sonreír nos alaban nuestra guapura? O nos dicen: Pensaba que eras más serio ... La seriedad no es mala, al contrario, hemos de ser responsables y consecuentes, pero si somos responsables risueños podremos ver que siempre somos bienvenidos. A todos nos gusta que agradamos y si sonreímos es un síntoma de estar a gusto, los ojos nos brillan y transformamos nuestra energía en un bien para todos.

Somos como somos, todos diferentes, ni mejores ni peores, ni más guapos ni más feos, por tanto, sonríe a la vida, la vida es maravillosa cuando te cruzas con alguien que te sonríe. No temas a sonreír, tu felicidad está en tu mano, y si vas por la calle sonriendo y piensan que estas LOCO, es porque no han probado el placer de ser feliz detrás de una sonrisa.
Recuerdo una anécdota de cuando tenía 18 años que me gustaría explicar.

Me examino de teórica prácticamente sin estudiar, y claro, suspendo. Voy para casa pensando, bueno a ver si estudio y así el próximo día apruebo el examen. Llego a casa y mi madre impaciente me pregunta:
    • ¿Cómo te ha ido? ¿has aprobado?
    • No, no, que va, he suspendido (sonrisa inevitable en mi).
    • Va, dime la verdad, como vas a suspender.... no te creo.
    • Que si Mama, he suspendido (nueva sonrisa más grande aún).
    • Oye, déjate de juegos y dime la verdad, yo no estoy para chirigotas, ehhh (tono amenazador pensado que le tomaba el pelo).
    • Que no, no he aprobado (nueva y mayor sonrisa).
    • Oye a ver si voy a tener que llamar a la Autoescuela para que me digan que has aprobado (sonrisa cómplice de mi madre).
    • Llama si quieres, te estoy diciendo la verdad, (la abrazo y la beso) he suspendido (mirándole a los ojos intentando estar serio, y vuelvo a sonreír un poco más).
    • Bueno déjame ya, ya llamo a la autoescuela (sonrisa contagiosa)

Al final acabamos los dos muertos de risa, mi madre llamando a la Autoescuela ratificándole que había suspendido y yo recordando que desde muy joven mi opción ya era sonreír.

Quizás mi sonrisa a parte de gustar más o menos ha ayudado para que mi filosofía sea “a mal tiempo buena cara” y si puede ser con una sonrisa mejor.

Sonríe por favor!!! y si no lo haces, no pasa nada, quizás no te vean tan guap@.

PD: He visto a personas durmiendo en la calle (tema de delicado debate) con sonrisas de felicidad y personas en grandes mansiones y altos cargos que perdieron la sonrisa.

viernes, 8 de junio de 2018

Nada es personal


Hay noticias que no nos gustan.

Es inevitable que en algún momento de nuestra vida nos sorprendan con algo que no contábamos. Es ahí donde tenemos que aprender a gestionar lo más básico de nosotros mismos. Primero de todo pensar que no es algo personal, no, aunque no lo creamos, no es nada personal contra nosotros. Es una decisión que otras personas han tomado por algún motivo que desconocemos. Si partimos de esta premisa, todo es más fácil. Después no supongamos y no juzguemos esa sorpresa que no entendemos.
Imaginemos que nos despiden del trabajo.  
    • Yo puedo pensar: llevo X años entregando mi vida aquí y mira como me lo pagan, podían haber despedido a otro, yo ahora estoy pasando mi peor momento, esto no es justo. ¿Porqué a mi?
Vamos a olvidarnos de los motivos. Seguramente al responsable que ha tomado la decisión no le ha sido fácil., Delante de muchas variables y presiones su decisión ha sido esa.

Vamos a ver que podemos hacer, si es que podemos hacer algo.
    • No supongamos, no es tarea fácil dejar de suponer, si lo hacemos viajamos a nuestras vivencias o recuerdos de situaciones parecidas. Esto nos altera la realidad
    • No juzguemos. Lo solemos hacer, y al hacerlo cerramos posibilidades al entendimiento con los demás.
    • Preguntemos en que hemos podido fallar para mejorar, si mantenemos un dialogo y hay una buena comunicación podemos saber que mejorar y conseguir un aliado para que dé referencias nuestras o nos abra alguna otra puerta.
    • Aceptemos cuanto antes la situación.Un cambio siempre es una catástrofe de entrada, pero todos conocemos a personas que han pasado por rupturas que una vez superado cierto tiempo han mejorado a como estaban antes de la sorpresa.
    • Soñemos. Aprovechemos para soñar, cuantas veces estamos limitados por hábitos que nos creamos y asumimos sin saber porqué, ahora es el momento para mirar dentro de nosotros y ver que necesitamos para ser felices.
    • Confiemos en nosotros mismos y en las personas que nos quieren para salir a flote. Los amigos estarán encantados de escucharnos y apoyarnos en nuestras decisiones.
    • Simplifiquemos el sufrimiento. No nos hagamos cargo de sufrimientos que no sean nuestros, si despiden a otras personas, no es nuestra responsabilidad, no debemos sufrir porque ellos lo pasaran mal. Podemos darles nuestro apoyo, escuchar y aconsejar, pero ellos son los que han de superar esa situación y tomar sus decisiones igual que nosotros las nuestras.
    • Relativicemos. No es fácil, pero si relativizamos podemos ver más cosas que si estamos ofuscados pensando en lo injusto que es todo no veremos.
    • Positivismo. Con decir que somos positivos y que siempre vemos lo mejor de las cosas no es suficiente, hay que saber que siempre hay un porqué y quizás no lo estemos viendo.
    • Permítete. Es bueno permitirnos estar tristes, la vida nos ha dado un golpe bajo y si, estoy triste, así valoraré mejor mis momentos de felicidad.

Sin darme cuenta me han salido diez opciones para enfocar los problemas y encontrar solución. El caso comentado es de una perdida de trabajo pero lo podemos aplicar a cualquier imprevisto de nuestra vida. Estamos muy conectados y muchas veces recibimos mensajes escritos que malinterpretamos por falta de contacto visual o tono.
Nos una persona querida nos puede intentar decir algo y no entenderlo correctamente o irnos a nuestro mundo (creyéndonos únicos) y dando un veredicto antes de entender el problema.
Seamos costructivos con nosotros mismos y apliquemos estos consejos si creemos que nos ayudaran para vivir mejor.

Recordemos: Nada es personal ni dura más de 100 años.