domingo, 18 de febrero de 2018

Disfrutar trabajando.



    Si, disfruto desde que abro los ojos hasta que los cierro, agotado por todo lo que me depara cada nuevo día. He tenido y tengo días sin rumbo, esos que no hay nada especial, jornadas previsiblemente aburridas que sin saber cómo, se convierten en auténticos aprendizajes de vida.

    Mi trabajo me gusta, me gusta porque veo el lado positivo, contacto con las personas continuamente, soluciono problemas buscando siempre la mejor solución, interfiero positivamente en su economía defendiendo sus intereses. Cualquier trabajo con el público o  te cargas de paciencia o al final acabas por aborrecerlo. Yo práctico la asertividad, optimismo o ganas de aprender… tanto da el objetivo que le dé. Lo importante de la cuestión es amar lo que se hace aunque no sea tu sueño de vida. Yo decido cómo afronto mi día a día en cómo resuelvo todas y cada una de las cosas que me suceden tanto en el trabajo cómo en mi vida personal.

    Trabajando disfruto buscando métodos  para mejorar, aprendo de la experiencia de mis compañeros y de la misma manera ofrezco compartir mi método o mi saber hacer con los compañeros que lo deseen. Soy crítico, responsable y exigente, pero de la misma manera también me perdono mis errores y los ajenos, sabiendo que no es nada personal y que estamos todos en la misma evolución y adaptación constante tanto en lo profesional como en lo personal. Ese placer por aprender y dar lo mejor de mí hace que cada día tome mi tiempo de partido (mis horas diarias) para estar atento a vivir. Si, vivir es todo: trabajo, amigos, ocio, amor, familia, soledad, etc … cada día mis ganas de vivir están intactas, mis aprendizajes son nuevos y tengo la suerte de poder poner en práctica lo aprendido en otros momentos.

   Me encantan los nuevos retos, alimentan mi interior aprendiendo a ser cada vez mejor. Si tengo que buscar nuevos clientes, disfruto allí donde otros no disfrutan.
Yo visito un polígono industrial y busco esa oportunidad sabiendo que el SI va precedido de muchos No, sólo es cuestión de estadística y trabajar ordenadamente la información que recibo. Después de algunos NO, siempre llega el SI.

    Si mi actitud es buena, los resultados son buenos. Cuando me dirijo a alguien nota mi energía positiva y es mucho más fácil conectar si los dos estamos por labor. Si el dialogo no es bueno pregunto si le he molestado por algún motivo, entonces a partir de ahí el dialogo funciona o sigo mi camino.

    El otro día la empresa para la que trabajo organizó una convención donde coincidimos prácticamente todos los compañeros. Una magnifica jornada donde con predisposición y ganas de pasarlo bien todos la disfrutamos. Algunas personas que no nos conocíamos personalmente, pero todos remamos en la misma dirección. Nos explicaron de dónde venimos (2017) y a dónde vamos este 2018. Cuando hay inteligencia, entrega y nos guían correctamente es mucho más fácil.  Es en estas jornadas donde veo que todos y cada uno de nosotros somos importantes para mantener a flote el buque insignia. El capitán toma decisiones que a veces no entiendo, su motivo es que tiene el mapa de ruta con toda la  información. Mi deber en la vida es ser feliz, por eso tanto en el trabajo como en la vida personal yo decido mi actitud. Todos tenemos un ROL al que ser fieles.

    Yo me entrego sin esperar nada a cambio, sin expectativas, y la vida me da alegrías y momentos que son sólo míos… momentos que nutren mis ganas a vivir y que si no estoy atento y predispuesto a  ver, puedo tenerlo delante de mí y no ver lo bonito que es vivir trabajando, amando y soñando. 

   Vivo mi vida, vivo mi sueño, sólo yo puedo cambiar lo que no me gusta de mí, y soy el único responsable de mi felicidad o mi desdicha.


    Os comento una famosa frase que me aplico desde hace bastantes años:

    No se trata de hacer lo que te gusta, sino de amar lo que haces

    Y yo añado:

    Amo todo lo que hago, y todo lo hago con amor.


a mi madre ...


    Hoy reflexiono  sobre la necesidad que tenemos de los demás todos los seres humanos cuando nacemos. Cuando se nos agota la vida volvemos a necesitar de los otros para que nos cuiden.

   Es cierto que cuando somos bebes nadie cuestiona que ese nuevo ser necesita de sus padres para vivir, o en su ausencia, necesita de otras personas para crecer y llegar a ser un adulto y valerse por si mismo.

    Cuando nos hacemos mayores y nos fijamos en nuestros padres o abuelos octogenarios (a veces antes) no vemos la necesidad de acompañarlos en sus últimos años de vida. Soy de una familia humilde donde actualmente somos cinco hermanos. Mis padres pasaron por el mal trago de enterrar a una hija con 16 meses. Eso no les impidió seguir luchando por tener una familia en los valores y los parámetros de los años 60. Era vivir por y para la familia donde los hijos nos acumulábamos en un hogar cálido donde nuestros padres se dedicaban a trabajar y a cuidarnos cómo ellos sabían o creían que era lo mejor.

    Pasan los años y mi madre vive sola después del  fallecimiento de mi padre. Una mujer luchadora a quien no le importó emplear su juventud y sus mejores años en cuidarnos mientras mi padre se entretenía con  un pluriempleo los fines de semana para que no nos faltase de nada. Nunca dudaron, en sus ratos de ocio, de estar pendientes de nosotros, buscar recursos y darnos herramientas para crecer en el mejor núcleo familiar. Crearon negocios de hostelería donde mejoramos nuestra economía, y donde todo era para nosotros.

   Hoy somos los cinco mismos hijos, pero curiosamente sólo dos de los cinco nos preocupamos y estamos pendientes de ella. Mi decisión y la de mi hermana de estar junto a mi madre es una decisión de amor. Amamos y damos ese amor que nos dieron cuando éramos pequeños.  Ahora es cuando mi madre necesita cuidados importantes aunque sean muy básicos. Tiene la experiencia y las ganas de compartir. No se queja si tiene que pasar un domingo  sola, aun teniendo cinco hijos que ella nunca dejó solos ni por un rato de placer, o por irse a distraer con sus amigos.

    Hoy aprendo con ella de su soledad, y de compartir el tiempo que puedo con mi madre. Lógicamente tengo mis obligaciones laborales, mi círculo de amistad, mis hobbies y también necesito mis espacios para no hacer nada. Pero no me cuestiono que tengo que hacer cuando los domingos sé que mi madre está sola, o cuando alguna noche entre semana vamos mi hija y yo a cenar con ella. No es obligación para nada, es devoción y gratitud por ser hoy la persona qué soy gracias a mis padres. Me gusta salir y conocer gente, hacer actividades, estar con mis amigos, viajar, etc…  pero mi madre me necesita cómo cuando yo tenía 2 o 3 años y ella no dudaba en pasar una noche en vela o dejar el trabajo para llevarme al médico y así hacer que yo sea hoy quien soy. Se encargó de educarme igual que al resto de mis hermanos, pero lo cierto es que hoy por hoy mi hermana y yo somos los que disfrutamos de su alegría y de sus mejores momentos en esta etapa de su vida.

   Está orgullosa de todos y cada uno de los cinco hermanos, siempre que puede nos junta con cualquier excusa familiar para rodearse de sus ocho nietos y sus cuatro biznietos. Familiar y entregada  al amor, quiere que todos progresemos y enloquece de alegría con nuestros éxitos. De mi madre he aprendido a amar a los demás, siento el amor de las personas que la conocen cuando paseamos por nuestro pueblo. Es querida y respetada por todas las personas que han tenido trato con ella. Ha trabajado duro, muy duro, ha limpiado escaleras, casas, ha planchado y ha hecho grandes negocios casi sin saber escribir. Por eso veo más allá de la admiración que tiene un hijo a su madre. 

    Sonrío cuando mi hija y sus primos bromean cal ver cómo mi madre escribe nuestros nombres en los regalos de navidad, ya que por ejemplo David se convierte en Davi, Alejandro en Aleandro o Marc en Mar. Tiene un talante que espero tener yo algún día viendo cómo sonríe a sus nietos recordando que sólo fue al colegio tres o cuatros meses para poder hacer la comunión. Alegremente les dice:
    - De mí no sus riáis. (y las carcajadas se contagian como por arte de magia).


    He estado tan preocupado en vivir mi vida en según qué momentos que no sabía lo que me perdía. Mi madre siempre ha estado dispuesta para darme todo su apoyo cuando lo he necesitado. Haciendo de mediadora ante el carácter más rudo de mi padre cuando vivía, pero no por ello falto de amor por todos nosotros. Es por eso que hoy soy feliz de estar pendiente de mi madre, de poder estar a su lado cuando me necesita e intentar enseñar estos valores a mi hija.

    La preocupación y discurso de mi madre actualmente es que siempre nos fastidia a mi hermana y a mí, pero yo felizmente le digo que es mi elección, cuando paso una tarde de sábado comprando para ella o los domingos que dedico para que comamos juntos. Hoy me quedo con la conversación que hemos tenido cuando este mediodía hemos ido a comer a un restaurante.

-          Oye mira, esa de ahí está comiendo verdura, yo si voy de restaurante como otras cosas que no sean verdura.
-          Si Mama, igual está a régimen y por eso come verdura.
-          Que va, yo nunca he hecho régimen, y si tenía que adelgazar comía menos pero siempre he comido lo que he querido y no me ha ido mal, ¿verdad? (ahora cómo cuando somos niños muchas frases las acaba en pregunta buscando nuestra afirmación).
-          Sí, sí, siempre lo has hecho todo bien, has luchado mucho y ganado tus batallas y te defiendes muy bien para tus 82 años.
-          Si tenía que comer pollo, pues me comía un muslito en lugar de dos. Así es, ¿verdad?

   Me quedo con la alegría que me da el saber que no está sola, yo tampoco nunca estuve solo de pequeño. Me gusta decidir a quien dedico mi tiempo, quien es mi prioridad y como sigo mi camino de vida. Camino de alegría y de amor.

    Hoy le escribo con letras mayúsculas MAMÁ TE QUIERO. Ella por su educación, o motivos desconocidos no me lo ha dicho muchas veces, pero me lo sigue demostrando cada segundo de su vida.
Yo por la misma razón de ser tampoco estoy acostumbrado a decírselo, pero también se lo demuestro cada momento que puedo.


    Hoy, Mañana y siempre!!!

   



miércoles, 14 de febrero de 2018

Yo me enamoro, ¿y tú?




    Hoy es el día de los enamorados, hoy lo marca el calendario y así lo vamos a celebrar los que estamos enamorados de otra persona. Vamos a hacerle un regalo, vamos a escribirle una nota, vamos a hacerle sentir que es especial para nosotros.

    Yo hoy celebro que estoy enamorado, locamente enamorado, y por eso hoy se lo voy a decir. Te invito a ti que lees estas palabras para que te sumes y le hagas saber a esa persona especial que le quieres, que no está sólo.

    Mi pareja, mi amor, mi amigo de vida ya sabe que le quiero, lo sabe porque se lo digo en muchos momentos del día a día. Le muestro mi más tierna mirada, le entrego mis caricias, mis besos, comparto esa magia siempre que puedo.

    Hoy celebro mi enamoramiento por todas las personas que me encuentro en mi vida. Personas anónimas que también son amor cómo yo.

-          Enamorado de esas personas mayores que sonríen ante las dificultades y siempre tienen tiempo para explicar sus hazañas y escuchar las tuyas.



-          Enamorado de padres y madres solitarios que luchan porqué sus hijos crezcan en la mejor de las cordialidades educando desde la inexperiencia.



-           Enamorado de los dependientes, camareros, vendedores, tenderos, atención al publico, etc …  que todos los días nos dan lo mejor de ellos.



-          Enamorado de las personas que bajo presión de enfermedades o problemas graves siguen sonriendo y ofreciéndote su mejor sonrisa.



-          Enamorado de esas personas desfavorecidas que encontramos a nivel de tierra pidiéndonos una limosna o recogiendo cuatro hierros para venderlos.

    Estas últimas personas más desfavorecidas son amor, amor por los demás, amor para ellos, y sin ese amor, no estarían en la calle pidiendo o vagabundeando. Son personas que se quieren, que han superado sus vergüenzas y luchan cómo todos nosotros por un día mejor.

    Hoy celebro mi enamoramiento a la vida y a las personas, y por eso te pido que tú te entregues a enamorarte de alguien desconocido. Escoge a quién tú quieras, hombre, mujer, niño, adulto, adolescente, de tu entorno, de la calle, etc …la única condición es que no lo conozcas.

Entrégale tu amor, la vida te lo agradecerá con conocimiento, con bondad, aprendizaje, pero sobre todo te darás cuenta que puedes enamorarte cada día viviendo rodeado de amor.  Díselo: me enamora que estés en mi vida.

    Y si quieres compartir tu enamoramiento te invito a publicar en las redes una foto de tu encuentro con el hasta #enamoradosdelosdemas

    Yo me enamoro, ¿y tú?
#enamoradosdelosdemas    Montse me sirve mi café diario.

domingo, 4 de febrero de 2018

Sonris, mi amigo

-             Amore, ¿Cómo estás?

-              Hola Sonris, como y no vomito.

-              Muy buena noticia.

-              Sí, lo es.

-              ¿Cómo te fue con el PADES (programa de atención domiciliaria)?

-              Bien, muy bien, me han dado cortisona, son gente estupenda. En trato un 10.

-              Genial

-              Si, hay gente maravillosa y no lo sabía.

-              ¿No lo sabías?

-              La verdad es que me ha costado mucho ver tanta nobleza en el personal sanitario.

-              ¿Sabes por qué no sabías que hay gente maravillosa en el mundo?

-              ¿porque no elegía bien?

-              No, es mucho más fácil. Pruebas otra vez, tú lo sabes.

-              Por qué no necesitaba nada

-              La respuesta es porque no te mirabas en el espejo. Tú eres maravillosa.

-              Olé y olé!!! Es cierto que no me molestaba en mirar.

-              Y también porque vivimos un mundo equivocado.

-              Cierto. No miramos a nuestro lado, ni en nuestro interior.

-              Vivimos sin sentido, ¿sabes cuál es el verdadero sentido?  Este momento que nos estamos regalando tú y yo.

-              Si, es único.

-              Por eso te amo, por lo que me das. Porqué me das algo que nunca recuperarás, tu tiempo.

-              ¿Sabes? Desde que te conozco te amo, eres especial.

-              Tú también lo eres al verme así. Esa es tu riqueza ahora, saber mirar dentro de ti.

-              Eres guay.

-              ¿quieres añadir algo? Lo que sea, dime.

-              Sonris no cambies nunca, te adoro.

-              Te diré un secreto. ¿Te apetece?

-              Claro.

-              Hoy soy el que soy, gracias a ti. Tú formas mi yo.

-              Súper. Algo nos unió para esto. Yo me lleno de ti y tú de mí.

-              Mi vida está llena de ti. Y eres, has sido y serás mi ejemplo a seguir. Me gusta como andas el camino duro que te toca vivir.

-              Lo haré hasta el final por los míos, y tú eres de los míos. Te quiero mucho Sonris. Te dejo que voy a descansar.

-              Buenas noches mi rubia.





    Este es mi Sonris. Un amigo caído del cielo, alguien que me hace reír, alguien que se preocupa por mí. Llegó a mi vida por arte de magia, el destino nos cruzó cuando me estaba recuperando de mi primer cáncer. Un cáncer de pecho que me hizo evolucionar, que aprendí a vivir la vida con energía, a estar atenta a mi interior, a querer a los míos y vivir mis sueños. Yo era de las que vivía intensamente por los demás. Siempre procurando que ellos estuvieran bien, mientras  mi felicidad estaba en un segundo plano.

    Nunca supe lo que me tocaría vivir y no podía imaginar cómo me abriría  a la vida cuando la muerte merodeara en mí. No tengo miedo a morir, pero deseo vivir. Valoro cada nuevo día al abrir los ojos y veo en los demás el miedo a la muerte que yo no tengo. Les pido que hablen de mí, que no abandonen mi recuerdo, pero que sobre todo aprendan a vivir, que no necesiten jugar a morirse para aprender a ser ellos mismos. Yo sigo luchando mi peor juego, pero le pongo amor, mucho amor, me rodeo de la gente que me apetece, mi familia es increíble,
mis amigos son los que yo quiero y sueño cada día con un nuevo amanecer. Mis próximos planes son un gran viaje a Paris con los míos y casarme con el hombre de mi vida. A mi parecer Javi (mi novio) llegó tarde, lleva dos años junto a mí dándome una paz y un amor que no conocía. Es la dulzura personificada, es una persona positiva que me da en todo momento lo que necesito. Sólo mirándome sabe si necesito un abrazo o prefiero estar en mi sofá en silencio. Aguanta en la intimidad todo lo que comporta una doble metástasis en el hígado y en el cerebro. Sé que no quiero morir, sé que quiero vivir, pero acepto las reglas de mi partida aprendiendo hasta el final.

    Le doy gracias al universo por recibir tanto y tanto amor y hacerme ver que no sabía  jugar mí partida de vida. Sí, yo también me entretuve con los demás... hoy por fin soy feliz viviendo  mi vida, compartiendo todo mi aprendizaje y aceptando cada nuevo día.

Sin ti


    Después de 2 años del fallecimiento de Felipe por una grave enfermedad, hoy por fin lo he superado. Su cáncer cambio mi vida, mis pensamientos y la forma de ver las cosas. Nunca me abandona su recuerdo y todos los días vienen a mi memoria las  palabras de mi marido. Su larga enfermedad hizo de él una persona entregada a todos nosotros, a toda su familia, pero sobre todo a mí y a nuestro hijo.

   Su mayor preocupación fue que rehiciese mi vida, que fuese feliz a pesar de su partida, pero yo, renunciaba a rehacer mi vida. No necesitaba nada, ni a nadie, mi hijo Miguel de ocho años ha llenado estos dos años de aislamiento.

   Me pidió que fuese feliz, que recordase nuestra historia y no dejase de hablar de nosotros a nuestro hijo para manterlo vivo en su frágil memoria.

   Le prometí que haría lo que pudiese, pero que no necesitaba a nadie para ser feliz. El insistía, quizás por los años de más y la evolución que hacen las personas cuando conviven con la muerte y quieren vivir, Felipe quería vivir, activo, alegre, entregado, positivo, cariñoso...
lo tenía todo. Sumábamos y fuimos muy muy felices. Yo por eso he renunciado durante estos dos años a vivir mi vida. He luchado por seguir fuertemente entregada a Miguel. El único error de mi marido fue su entrega al trabajo. Motivo que le daba muchos problemas y que no quería compartir conmigo para no preocuparme. Asumía en silencio sus rutinas diarias, me protegía de los problemas y siempre siempre volvia a casa con su sonrisa y ganas de compartir su felicidad.



   Después de su muerte me quedé encallada, me costó seguir sus consejos cuando me decía que conociese a otras personas para rehacer mi vida. Me lo había negado hasta hace unos meses cuando conocí a Luis. No he abandonado mis pensamientos hacia Felipe, pero ahora entiendo su valor al decirme que no temiera el deseo de volver  a sentirme mujer y que no me culpara por ello. He madurado, me estoy superando y me he entregado a  soñarme en las manos de Luís. No me culpo por ello, he comprendido que el hecho de estar sola no me devolverá a Felipe.



   Necesito sentirme mujer y las miradas de Luís hacen que me estremezca de arriba abajo sin saber por qué. Llevo luchando con mis contradicciones todos estos meses y por fin me he entregado a vivir. He descubierto placeres que el dolor había borrado en mí... Hoy por fin me despierto después de una noche de amor  donde he vuelto a tomar las riendas de mi vida, mi cuerpo ha vibrado al abandonar el escudo que me puse hace cinco años cuando su enfermedad se apodero de mí.



    Gracias Felipe por tus palabras y por tu amor al desear que vuelva a ser feliz. Hoy por fin he superado tu enfermedad y tu adiós y puedo decir que te siento mucho más en mí.